100% Pure Colombian Café
Estos cafés del centro de Bogotá son como máquinas del tiempo. Entra uno en ellos y por un momento se le echa encima toda la historia de la ciudad. Va al Café Billar San Moritz, y puede ver a los mismos viejos haciendo de jóvenes hace cincuenta años, declamando poesía, fundando revistas literarias, ó confabulando contra el gobierno de turno. En el Café Pasaje siguen sentados en la misma mesa y tomando el café de la misma máquina Faema, importada al país en 1937, y que por cierto, en estos ochenta años no ha sido necesario hacerle mayores arreglos. Aquí los intelectuales, poetas, artistas, políticos y periodistas celebraban sus tertulias diarias discutiendo los pormenores de la vida. Es imposible no imaginarse como debió ser aquello el 19 de abril del 48. Y si uno se concentra, todavía se puede escuchar los poemas de León de Greiff resonando en las esquinas. Verdaderas joyas bogotanas. The old downtown cafés in Bogotá are like time machines. You can still feel history resonate from its walls. You can still see the old men as they were when young in the same spot, reading poetry, talking about books or ranting about politicians. You can still see the same Faema coffee brewer, imported in 1937, with very little maintenance from then on. Here intellectuals, poets, writers, artists, journalists and politicians, have woven a deep part of the fabric that gives Bogotá its soul.